jueves, 1 de diciembre de 2011

Eva Perón


El viernes próximo pasado, en la intersección de calles Eva Perón y Arenales, el grupo “Las Juanas”, en el marco de la “jornada por la eliminación de la violencia hacia las mujeres”, decidió, arbitrariamente, que esta arteria de nuestra ciudad, pase a llamarse “Eva Duarte”, alegando que ese es su nombre verdadero, y su identidad.

Los que amamos la figura de Evita señalamos, que llevar el apellido de su marido, el General Juan Domingo Perón, fue una decisión de la propia Evita, que ejerciendo un derecho, adoptó este nombre.

Contrariamente a lo declarado por la coordinadora del grupo, esta decisión es parte del libre albedrío de la persona, quedando manifiesta ampliamente su voluntad, en sus discursos y textos.

Tampoco es aceptable, que dicha elección represente simbólicamente a la mujer como apéndice del hombre. La mujer y el hombre, se complementan, sin estar ninguno por encima del otro.

Los que luchamos por las tres banderas que ellos nos legaran: Justicia Social, Soberanía política e Independencia económica, sabemos que la base de la primera de éstas detrás de las que nos encolumnamos, se logra con la igualdad de derecho de las personas, sin distinción de género.

Quisiera detenerme en otro punto el cual considero necesario analizar: resulta violento, y una amputación de la identidad de la abanderada de los humildes (título que cariñosamente le otorgara el pueblo), además de contradictorio, manifestarse contra la violencia, violentando un espacio público. Nótese que el vocablo violentar deriva de la operación llevada a cabo sin autorización, y sin consultar a quienes, inevitablemente, nos veríamos afectados por esta acción.

Resulta sospechoso, por otra parte, que fuera justamente la palabra “Perón” la que se intenta eliminar de un espacio público, en nombre de una supuesta reivindicación, de la que hacen parte, forzosamente, a la figura histórica de Evita, quién no compartía esta lucha y llevaba orgullosa su apellido de casada. Poniendo por encima de las luchas de género, la lucha por lo que fuera para ella, su prioridad, (de nada valdría un movimiento femenino en un mundo sin justicia social, dijo)

Este hecho de eliminar el nombre del General y no tomar, por ejemplo, el nombre de Nora W de Basualdo, (por citar un ejemplo de otra calle de la ciudad), resulta sospechosamente similar a la política “desperonizadora” que sufrió la Argentina a partir del 16 de septiembre de 1955.

Por citar a la propia Evita en su recordada obra “La Razón de mi Vida”: “Millones de hombres han pasado como él frente al problema cada vez más agudo de la mujer en la humanidad de este siglo angustiado, y creo que muy pocos, se han detenido y lo han penetrado como él, como Perón, hasta lo más íntimo.

Él me enseñó en esto, como en todas las cosas, el camino”

Es nuestro anhelo que rápidamente el cartel nomenclador violentado, en nombre de la no violencia, regrese a su estado original; llevando el nombre que ella eligió para sí, y el que llevamos en nuestra memoria. Eva Perón, simplemente, Evita.

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